Domingo Savio solía repetir a los compañeros que entraban nuevos en el colegio de San Juan Bosco: “nosotros hacemos consistir la santidad en estar muy alegres”. ¡Viva la alegría! ¡Fuera las depresiones!
Es lo mismo que buscamos siempre, no perder la alegría y la vitalidad que caracteriza a todo joven, es por ello que estamos dispuestos a ser cada vez mejores personas, y así poder irradiar a todos la predilección de amor de Dios… en especial a los niños y jóvenes…
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